Competición celular endógena inducida por Myc en el embrión temprano de mamífero, publicado en Nature.

Dra. Cristina Clavería Izquierdo 
CNIC

¿Qué resaltaría del trabajo por el que ha sido premiada?

Nuestro trabajo revela que en los primeros estadíos del desarrollo embrionario de los mamíferos, las células compiten intensamente por la supervivencia y, como resultado, las menos activas metabólicamente son eliminadas por sus hermanas. Gracias a este fenómeno, conocido como competición celular, el organismo en formación se optimiza durante el desarrollo, seleccionando las células con mayor capacidad anabólica y por tanto, previsiblemente, las más aptas para soportar las funciones vitales durante toda la vida del nuevo individuo. Este proceso se presume especialmente importante en organismos longevos, como los humanos, que deben mantener la funcionalidad de sus tejidos durante toda una larga vida.

Las células vencedoras en este proceso son las que presentan mayores niveles de la proteína Myc, un controlador de la capacidad metabólica celular. El embrión temprano es un mosaico de células con niveles muy diferentes de Myc en el que las células con más Myc, más activas anabólicamente, eliminan a las de niveles más bajos. Sin embargo, es importante resaltar que las que mueren son células viables; su eliminación se produce únicamente porque el embrión cuenta con células más aptas capaces de reemplazarlas y, por tanto, se trata de un mecanismo de optimización, no de reparación.

¿Qué hallazgos se han conseguido con él?

La competición celular fue descubierta por los científicos, también españoles, Ginés Morata y Pedro Ripoll en 1975 en la mosca Drosophila melanogaster. Desde entonces, el fenómeno sólo se había observado tras su inducción experimental. Nuestro trabajo describe por primera vez su función natural, y lo hace en mamíferos, sugiriendo fuertemente que se trata de un proceso conservado a lo largo de la evolución.

Nuestro trabajo identifica la competición celular como un mecanismo de optimización de la población de células stem pluripotentes del embrión de mamíferos y sugiere que probablemente se trate de un fenómeno esencial en el mantenimiento de la homeostasis tisular. Esto abre las puertas a la investigación de su papel en procesos y enfermedades humanas en las que la homeostasis tisular es esencial, como la regeneración, la formación de tumores y las enfermedades degenerativas.

El enlace al trabajo publicado es el siguiente:
http://www.nature.com/nature/journal/v500/n7460/full/nature12389.html