Hoy en día los nuevos desarrollos tecnológicos, la hiperconectividad y la globalización están planteando importantes oportunidades y retos a nuestra sociedad, y los avances en cualquier campo relacionados con la salud están fuertemente marcados por la tecnología.

En este proceso es necesario adoptar un concepto amplio de innovación que se entienda como todo cambio - no sólo tecnológico - basado en el conocimiento que genera valor. La salud está en la cúspide de estos cambios que se están desarrollando por los avances científicos y tecnológicos y, todo ello, está cambiando ya la práctica médica y la relación con los pacientes y ya forma parte del paradigma para resolver los retos más importantes en el sistema sanitario actual.

Queremos pensar en el avance científico más allá de la búsqueda de soluciones terapéuticas para paliar o aliviar enfermedades. La innovación científica también la contemplamos como aquellas mejoras encaminadas a la búsqueda de soluciones creativas que nos permitan trabajar en la prevención y promoción de la salud.

La innovación aplicada, ha sido y continuará siendo también un eje fundamental de nuestra actuación, dentro del contexto de la gestión sanitaria, colaborando y buscando sinergias con organismos e instituciones tanto públicos como privados que nos permitan afrontar el reto de mejorar la eficiencia y efectividad de los recursos, actuando de acuerdo a nuestros valores de transparencia, calidad y excelencia.

Por último, la innovación tecnológica y social. No podemos olvidar que vivimos una nueva etapa, las soluciones a los problemas de salud y bienestar de la población, pasan por dejar de pensar en un entorno restringido a un sector, a abrir la mente a la innovación procedente de cualquier área. En un entorno globalizado donde la salud de la población forma parte de las prioridades de personas, instituciones y empresas, la colaboración y la puesta en marcha de mecanismos que impulsen la búsqueda de soluciones, debe ser el pilar fundamental para el progreso de la sociedad.